jueves, 22 de julio de 2021

Laicidad positiva y subsidiareidad

 El estado debería defender y promover la libertad religiosa, reconocer la libertad de los ciudadanos para que crean y piensen lo que quieran y facilitar el ejercicio de sus creencias. La iglesia, desde el sentido común, recuerda que la laicidad del Estado no puede entenderse como una prohibición activa de la presencia de la religión en la vida publica. Desde esta perspectiva, laicidad significa:

    * Los que profesan una religión son los ciudadanos y el Estado esta para servirles, por lo que apoyar,               promover y cuidar los bienes que aquellos quieren custodiar.

    * Lo religioso se presenta de un modo concreto en la cultura y en la tradición de una sociedad. El Estado          debe respetar el principio de subsidiariedad, esta ayuda a las personas, grupos o instituciones a realizar sus        proyectos y el modo de ser de las personas que dice servir el estado.

Por lo que el estado debe garantizar la presencia publica de cada confesión religiosa y el libre ejercicio de sus actividades de culto.

En defensa de la libertad de conciencia

Como parte de los derechos de las personas es poder ejercer su derecho a la objeción de conciencia frente a leyes que contradigan sus convicciones mas profundas. Este es un derecho fundamental en las democracias plurales del siglo XXI.

Pero hay muchos países en el que existen regulaciones que niegan el derecho de las personas a obrar en conciencia. La iglesia sin embargo lucha para que todos y todas tengan derecho a no realizar determinadas acciones y a que ese derecho esté reconocido en las normativas. 


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